Fotografía: Escuela Pública (China).
Dos fotografías: la primera, una escuela privada. La segunda, una escuela pública.
Tras divisar estas dos fotografías, plantearía la siguiente pregunta: ¿existen diferencias entre ellas? ¿Cuáles son las diferencias?
Si como resultado a un examen exhaustivo de las imágenes, observásemos las dos detenidamente, lo único que encontraríamos de diferente serían dos cosas: la primera, y que más salta a la vista, es que en la escuela privada los alumnos llevan uniforme y en la pública no; y, la segunda, que en la escuela pública conviven alumnos de ambos sexos (chicos y chicas) y en la privada (antiguamente) se separaban los chicos a un lado, y las chicas en el otro. Yo, sin embargo, al divisar estas dos fotografías no veo diferencias: veo en ambas a un grupo de chavales y chavalas dispuestos a aprender, a abrirse al interesante mundo del conocimiento, ya sea en una institución pública o privada. Que aprendan mucho, que aumenten sus conocimientos y que aprendan a superarse a sí mismos, es lo que, yo, considero más importante de la ESCUELA en la vida de un niño o niña. Pero eso, son valores que tendrán que descubrir ellos y ellas por sí mismos...
Sin embargo, me resulta difícil posicionarme en una de ellas. Me considero "hija" de ambas escuelas: estudié tanto en privada como en pública, aunque pasé la mayor parte en la privada. Y bien es cierto que, en la privada, las clases son muy diferentes a las públicas, los profesores, e incluso los exámenes. En las escuelas privadas el nivel de exigencia es tan alto que, incluso, pueden suceder dos casos: uno, que alumnos con mucho potencial se beneficien de esto y "crezcan", haciendo de ellos unos brillantes estudiantes; y que, por el caso contrario, los alumnos que carezcan de tal potencial y, pese al esfuerzo, no consigan sacar buenas notas, se desanimen e incluso piensen en dejar a un lado por completo las clases y dedicarse a otra cosa. Por ello no defiendo la escuela privada. Otro de los motivos por los que no la defiendo es porque, contiene gran número de limitaciones: en primer lugar, las normas. En la escuela privada, todo son normas, empezando por la ropa: exigen un uniforme, una forma impuesta de vestir que hay que aceptar sin rechistar, e incluso soportar en algunos casos. Y por último, el sexismo impuesto, aquello de antaño: separar a las chicas a un lado y a los chicos al otro. ¿Por qué? ¿Acaso fuera del colegio los niños no juegan en las plazas con las niñas? ¿Qué tienen de diferentes para que exista la necesidad de separarlos? ¡Al contrario!. Por naturaleza el hombre y la mujer están concebidos para unirse, para convivir unidos, como iguales. No comprendo el por qué de esa separación...
En este sentido, la escuela privada se diferencia de la pública. Son totalmente opuestas. Aunque realmente pienso que no pueden o no deben convivir unidas. Es mi caso por ejemplo, estudié en ambas, y de ambas se obtienen beneficios, aunque, en algunas más que en otras. Éste es el motivo por el que los colegios privados reciban muchos alumnos: los beneficios. Por ello pienso que, los padres y las madres de esos niños o niñas de las escuelas privadas los inscriban en ellas: piensan que al tener un mayor nivel de exigencia, se convertirán en brillantes estudiantes o futuros universitarios. Lo que no saben es, que pueden darse ambos casos: que el chico o la chica salga brillando como una "estrella", o, que más bien se "estrelle" contra un muro en blanco. En el sentido metafórico de las palabras. Ya que en las escuelas privadas, les enseñan a los niños a estudiar, a estudiar y a estudiar. Solamente a eso.
Por otro lado, la enseñanza pública, mucho más liberada de normas y exigencias, les aporta a los alumnos mucha más libertad. Son capaces por ellos mismos de descubrir valores universales, aquellos valores que llevarán a cabo en su vida diaria, en su vida cotidiana.